Saturday, February 15, 2014

ABONOS DE FLORACIÓN Y CRECIMIENTO. MIS FAVORITOS, PRIMERA PARTE...


A veces veo que no tenemos medida justa en el tema del abonado de nuestro jardín, terraza...o pecamos por exceso, o no abonamos nada de nada.

Ni una ni otra son opciones viables, porque las plantas en las macetas agotan los nutrientes más rápido de sustrato, que las que están plantadas en el suelo, así es aunque parezca contradictorio. Una planta en un macetón, no es que gaste más o menos abono, simplemente tiene menos tierra y por lo tanto no puede con los regados mantener la misma cantidad de nutrientes que una plantada en el suelo. Las del suelo, muchas veces reciben abono indirectamente de las propias hojas que se caen y se deshacen y así en una pequeña parte pueden dar algo de alimento a las raíces que la llevan a través de la savia a las demás partes de la planta o árbol. No echar nunca abono no permite a la planta crecer bien, ya que agotan rapidísimo los pocos nutrientes que contenga el sustrato.

Conviene hacer buen abonado en otoño e invierno. La vegetación está en reposo, pero las raíces se siguen desarrollando, así que está bien añadir materia orgánica al suelo y a los tiestos. Seguirá alimentando las raíces durante meses de más frío e inactividad de la parte aérea de la planta. Es muy importante, ya que fortalece inmensamente el sistema radicular, preparando así la planta para la primavera y verano, que es cuando más rápido se desarrollan y más nutrientes gastan en crecimiento y floración. Es un trabajo muy duro y rápido que hacen al florecer, y es de gran ayuda añadir en las épocas estivales abonos líquidos, de absorción más rápida por la planta y que la estimulan para dar más flor, mejor aspecto y en caso de tener huerta, mejor fruto y mucho más sano, si lo hacemos con abonos naturales con una pequeñísima parte química. 

Mis favoritos son abonos lo más naturales posibles. Uno de ellos es el GUANUMUS, mi preferido por excelencia. Tiene absolutamente todos los nutrientes que nuestras plantas necesitan. De la A a la Z. Yo lo uso desde octubre más o menos, hasta marzo, abril. Viene en forma como de cenizas, de color grisáceo, al tacto más bien suelto, como harina (por humedad se hacen grumos que simplemente aplastando se vuelven a deshacer) Cada mes y medio, añadiendo unos cuantos puñados a cada arbusto, cada planta, se puede realizar con tranquilidad, ya que aunque nos pasamos un poco añadiendo, las plantas no sufren como con químicos que hay que tener muchísimo cuidado de no pasarse. Va genial para abonar el césped, ya que después de esparcirlo se riega y listo - abonado realizado, sin cavar ni revolver. Como dice su leyenda, procede de la transformación de restos marinos, de ahí también su olor característico a pescado, que dura nada, se va enseguida. Es de gran riqueza mineral  y biológica y es totalmente adecuado para cultivos biológicos. Lo recomiendo a todo el mundo en mi trabajo, ya que de verdad he visto resultados más que espectaculares: plantas con un crecimiento magnifico, una floración muy abundante, y en caso de las tomateras unos frutos muy sabrosos. Y no, no me pagan por decirlo. Simplemente llevo años usándolo y veo de verdad que funciona. Merece totalmente la pena. Y no gastar dineral en abonos químicos, que no hacen ni la mitad lo que hace el GUANUMUS por nuestras plantas.



Esa va ser primera parte, para no aburriros con tanta información. 

 Si quereis saber más sobre este abono, escribidme, visitadme y haced preguntas. 

Gracias.                          kataswit@gmail.com


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