Saturday, April 09, 2016







                      
  Mis raíces... preferidas.

Y no, no voy hablar de mis raíces polacas..., bueno sí.
Pero hablaré de las raíces comestibles. Las que yo conocí de pequeña. Las que intento conseguir como sea. Para "mudarme" mentalmente a mi infancia y mi casa en Polonia.


APIO, LA RAÍZ Y SU PENACHO VERDE.
Sabores, aromas fuertes, suaves, tenues, o frescos y primaverales.
Extraños, desconocidos, singulares, a veces chocantes.

Aquí tenemos apio. 

¡Lo que me cuesta encontrar la primera parte de los penachos de las hojas! O sea su raíz, del tamaño de un repollo. 
Aunque las hojas las conocemos casi todos, la raíz es bastante desconocida, por no decir despreciada.

¡Lo que os estáis perdiendo!

Es una "cabezota" mediana, por fuera llena de bultitos y ranuras. Y por dentro...
¡por dentro es un manjar!
De carne crujiente y color blanco/crema.
Su sabor y aroma son intensos, pero muy agradables. Un trocito de esa carne añadido a cualquier sopa, o guiso, le dan un toque muy original y curioso.
Para los que les gusta experimentar en la cocina es un condimento perfecto.
En medicina popular y "casera" se utiliza como desintoxicante para el cuerpo. Ayuda al trabajo de corazón, excelente para mejorar el trabajo de estómago, siendo además antidepresivo y relajante. 
También su consumo baja la tensión y el jugo se utiliza mucho en todas las dietas como un excelente drenante.
Como véis, infinidad de propiedades.
 ¡A plantar apios se ha dicho!


Perejil. Hablemos de perejil.

Más de lo mismo. Sólo se conocen las hojas. Pero estas hojas salen de una raíz larga, blanquecina y de un parecido asombroso a una zanahoria. No confundáis la raíz del perejil con la raíz de los nabos, que no tienen nada que ver; ni con las raíces de achicorias, que son más cortas y gorditas.


Su sabor es muy suave, el olor fantástico y enriquece cada plato al que lo añadas. Y a mí me traslada a mi niñez: mi madre cocinando y yo molestando en la cocina... pero los olores, los aromas, tienen la asombrosa habilidad de trasladarnos al pasado. Tanto a los momentos más felices como a los tristes o melancólicos.


A parte, en las raíces encontrarás mayor concentración de minerales y vitaminas que en las hojas. Es un preciado aliado en los casos de personas con la tensión excesivamente alta. Ayuda en los dolores reumáticos, es un drenante natural y ayuda a eliminar las toxinas.

Ñam ñam.... ¡Rabanito picante!
¡Qué explosión crepitante en la boca!
Junto con el cebollino, algún quesito blanco; fabulosa ensalada como acompañante de un plato fuerte.
Bombitas rojas, hojas que pinchan al arrancar el rabanito de la tierra. 
Excelente ayuda y muy preciada para rebajar el colesterol en la sangre. Así mismo regula el trabajo de los riñones, del corazón, esantibacterias por su contenido en azufre... 

No os lo penséis más. Si tienes algún hueco para una maceta con rabanitos, ponlos en tu casa y en tus platos. Se consumen en crudo, bien lavados y ya esta.
Apetitoso, lleno de sabor, sales minerales. Las hojas también se consumen. Su contenido altísimo en vitamina C, puede sustituir o acompañar a una ensalada de lechuga y espinacas.
COLINABO.

Mi siguiente invitado es un colinabo o colirrabano ; también se suele llamar así.

¡La cantidad que me habré comido de esta verdura! Cada vez que íbamos al jardín con mi madre. ¡Lo primero era fisgonear por todas partes a ver que es lo que podíamos comer!

Al colinabo lo arrancas del suelo, le quitas las hojas y la piel muy gruesa de parte superior... Y tienes un fruto muy jugoso, crujiente como una manzana, ligeramente picante y casi dulce. 



Nosotros la comíamos asi en 
crudo. ¡Está buenísimo !

Un aporte de vitaminas y minerales. Un tentenpie, una fruta, una comida muy apreciada en las épocas de postguerra, igual que las remolachas...
... que también son mis preferidas. 
Y no solo la típica remolacha rojo/fucsia, sino las enormes remolachas azucareras blancas.


REMOLACHA AZUCARERA.


Es, despúes de la caña de azúcar, el segundo "proveedor" de azúcar blanco. 
¡No os podéis imaginar lo dulce que es su carne!

Yo lo conocí y comí en la granja de mis abuelitos.
Como había un montón de animales para alimentar, la remolacha, las patatas y el heno eran las principales comidas para la granja.


Y para su horda de nietos, entre ellos yo.

Había una máquina para partir las remolachas enormes en unos graciosos cuadrados más manejables. 


 En las buhardillas de la vaquería una parte se dejaba secar para el invierno y la otra parte se dejaba fresca. Se partía casi a diario; así los "bichos" tenían siempre comida fresca y encima riquísima y dulce. 

¡¡¡No sabéis lo rica que era la leche de las vacas con esa alimentación!!! 
A parte de para pastar, las remolachas y el heno no faltaban nunca en el almacén.

Y a nosotros, los niños, nos encantaba comer esos cuadraditos super dulces. Mientras bajaban los cuadraditos por la cinta, estábamos esperando con nuestros cuencos de zinc; luego nos íbamos corriendo por allí comiendo y recogiendo los huevos de las gallinas por toda la granja y metiendolos en los cuencos... vacíos.


 La remolacha azucarera era el sustituto de las chuches de hoy en día, pero un alimento infinitamente más sano, a pesar del gran aporte de azúcar. En una granja, a parte de jugar y correr, ayudábamos a mis abuelos, así que el azúcar lo "quemábamos" haciendo cosas todo el día.

 Hay muchas más raíces comestibles,  interesantes y sanas. Pero quizá lo describiré en otro post, que si no se os va a hacer demasiado largo y aburrido.

Mientras tanto os invito a que intentéis probar estas riquísimas verduras de suelo. Tanto las hojas como su raíz son perfectamente comestibles y exquisitas.

Saludos .




                          kataswit@gmail.com